lunes, 16 de marzo de 2015

Estoy harto

Estoy harto | InfoLibre.es
Estoy harto. Harto de la manipulación mediática a que se somete, día sí y día también, al pueblo español. 

Vivimos en España y, en este país, hay convocadas unas elecciones autonómicas para mayo y otras en septiembre y unas generales para finales de año. Sin embargo, todo lo que se publica es referido a Venezuela (¿no hay más países con problemas?), como si Venezuela fuera nuestro problema directo, sin tener en cuenta todo lo que aquí pasa, propiciado por los partidos mayoritarios, que son los que han gobernado durante todo el tiempo de democracia y que nos han traído hasta aquí.

Aquí no tiene importancia la corrupción total del partido en el Gobierno, ni la de los pertenecientes a otros partidos en sus parcelas de poder; ni la apuesta descarada del Gobierno por incrementar, cada vez más, la brecha de desigualdad entre sus ciudadanos; ni la Constitución, que juraron defender, pasándosela por el arco del triunfo cada vez que les conviene, a ellos o a terceros países; pisoteándose unos a otros, dentro de sus mismos partidos, para conseguir y/o conservar parcelas de poder; no dudando en difundir insidias y mentiras descaradas para hacer caer al rival político; manipulando a la justicia (siempre a su favor, claro); expoliando como nunca al país entero; hundiendo, cada vez más, en la miseria a familias enteras, a quienes precarizan o dejan sin trabajo, sin casa, sin derecho a la salud; imponiendo, en contra, otra vez, de la Constitución, una enseñanza religiosa determinada, sancionada, incluso, en el BOE (ahora resulta que Dios existe porque aparece en él; el Dios cristiano y católico, por supuesto), en la escuela (para adoctrinarnos desde pequeños) y precarizando la enseñanza secundaria y universitaria, tanto en materias como en medios (parece que no les interesa la gente inteligente, aunque luego se "lamenten" de los resultados del informe PISA); ninguneando a la cultura, a la que ahogan con impuestos; privatizando parcelas de servicio social, en beneficio de sus amiguetes, que más tarde les tienen un sillón reservado en sus consejos de administración; y un muy, muy, muy largo etcétera.

¿Para cuándo pensar en el pueblo? ¿Solo en el tiempo de elecciones y con migajas? ¿Para cuándo anteponer las necesidades del pueblo a las del partido?

Señores políticos: por esto es por lo que hay que luchar; esto es lo que hay que arreglar. Todo lo demás es hojarasca para que el pueblo no vea las interioridades. Pues ya está bien. Dedíquense a la tarea que el pueblo (en su inocencia) les ha encomendado. Arreglen primero este país y después ¡¡¡después!!!, miren a los demás.



Antonio Gallardo González es socio de infoLibre


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