xWilfo, militante de Inciativa Comunista
El recientemente fallecido Steve jobs, fundador de la multinacional Apple, representa mejor que nadie los nuevos métodos que usó el capitalismo durante la guerra fría para reinventarse en el plano tecnológico-económico (a nivel político, seguía con la misma política imperialista y anticomunista desde 1917), en eso llamado la tercera revolución industrial, la tecnológica.
Y precisamente por eso, evidencia mejor que de ninguna otra manera como el capitalismo consumista ha conseguido calar en las masas sociales desde entonces y hasta nuestros días.
La tercera gran revolución económica del siglo XX (de la cual Jobs, como Gates y tantos otros, son sus mejores estandartes y ejemplos, y que vio el nacimiento de las nuevas tecnologías) consiguió dos cosas;
Una de ellas, es con la que se quedan los grandes gurús del capitalismo mundial, con el objetivo de rebautizar positivamente a sus modernos ideólogos; acercar la tecnología al usuario común, por así decirlo, "masificar" y extender las nuevas tecnologías a todos los usuarios indistintamente de sus conocimientos en el tema.
Pero esto va asociado indivisiblemente a esa segunda parte de la cual no hablan los seguidores de este sistema. Todo eso se consiguió a costa de asentar la sociedad de consumo, el consumismo masivo, histérico e irracional de todo tipo de productos para que las grandes empresas y sus dirigentes, un conjunto de sinvergüenzas ladrones que se forran a costa de miles de usuarios enviciados en sus nuevos inventos, engorden sus cuentas corrientes.
Ademas se olvidan de que son multinacionales las que manejan estos negocios de, entre otros, las telecomunicaciones y el sector servicios, que generan abusos laborales en sus empresas afiliadas (cuando no en ellas directamente) en países del mal llamado "tercer mundo", lugar de fabricación de todos estos grandes aparatos tecnológicos que los occidentales demandan día a día, como si les fuese la vida en ello.
Se genera pues un consumismo, muchas veces innecesario, que enriquece cada vez mas a los capitalistas a costa del consumismo y de la esclavitud laboral de cientos de miles de personas en otras partes del mundo.
Eso sin mencionar, que parece que se nos olvida, que no todos están en disposición de gastarse mas de 100 euros en cada nuevo invento que las Apple y compañía sacan de vez en cuando para gusto de los gurús de las nuevas tecnologías.
Que nadie se engañe, no nos oponemos al avance de la ciencia y de la tecnología. Solamente los ultra conservadores, religiosos de diverso pelaje y demás calaña desean atrasar el reloj de la historia, que, les guste o no, es imparable.
Todos conocemos y asumimos que la expansión de las nuevas tecnologías es imparable. Y de hecho es positivo que se ahonde en los avances de la ciencia y la tecnología, pero no a costa (y en esto consiste nuestra critica) del empobrecimiento de millones de personas en el tercer mundo, no a costa de las víctimas de la globalización de las multinacionales de las telecomunicaciones en todo el mundo, y desde luego para nada a costa de que los avances sigan sirviendo al enriquecimiento imparable de todos esos empresarios multimillonarios que a través de sus multinacionales de la informática o la telecomunicación, cada día se llenan más y más los bolsillos. Ya basta de forrarse a costa nuestra, que no somos imbéciles.
Ya lo dijeron Marx y Engels y lo decimos nosotros hoy en día nuevamente. La ciencia y la tecnología, deben, NECESARIAMENTE, servir, como todo, a los intereses de la clase trabajadora. Los imparables avances en este sector no deben servir para que nuestros cerebros queden alienados en el consumismo masivo o para que tres o cuatro caraduras y estafadores se enriquezcan a costa nuestra.
Los avances deben servir para erradicar la pobreza. Con todos los grandes avances que existen a día de hoy:
¿Cómo sigue siendo posible que haya gente en el mundo que se muera de hambre o de sed?
¿Como es posible un mundo donde el ser humano llega al espacio exterior o consigue comunicarse con medio mundo a través de una máquina que cabe en una mano y a la vez que en esos mismos lugares haya gente que viva con menos de 1 dolar al día o malviva en casas de cartón o chabolas de chatarra?
¿No sería interesante poder aplicar algo de esas innovaciones en reducir la miseria?
Eso es, realmente, lo indignante y lo condenable, esa "otra cara" de la nueva sociedad de consumo que los gurús multimillonarios no quieren que veamos.
La cosa no se soluciona con reformas, si no con la erradicación completa del sistema capitalista y en re-orientar los avances científico-tecnológicos en avances que consigan también erradicar las diferencias de clase.
Y por ahí, obviamente no pasan los Jobs, Gates y Zuckerberg de turno, personas que se han forrado literalmente hasta en el carnet de identidad con los millones de sus negocietes (no todos muy limpios o legales, y que todos ellos pasan por los chanchullos, tejemanejes o abusos laborales o fiscales en algún momento, moda típica del capitalismo).
Sin embargo esa otra cara miserable del capitalismo es la que no quieren que se vea, y la que parece que no se ve. Mientras que todas estas miserias ocurren, vemos mensajes en todos los medios y redes sociales, y fotografías, nos muestran homenajes y expresiones de dolor por la muerte del fundador de Apple, una de las empresas capitalistas multinacionales mas potentes de nuestros días, ejemplo de la globalizacion capitalista de nuevo cuño, el consumismo masivo enfermizo y acusada de utilizar mano de obra ilegal y explotacion infantil en las fábricas de sus proveedores, lo cual denota en qué situación nos encontramos.
Mientras se alaba a los causantes de la crisis capitalista, a los gurús de las finanzas y las nuevas tecnologías (ya dijo Malcolm X que los medios os harán alabar a los opresores y odiar a los oprimidos), mientras se homenajea a los apuntaladores del capitalismo mundial, al mismo tiempo se insulta y desprecia a los pocos líderes que en el mundo resisten la ofensiva del capitalismo.
El que la gente llore a Steve Jobs y por contra celebre el bloqueo de Cuba, los insultos a Chávez, la guerra imperialista en Libia o la ejecución de Saddam Hussein, denotan en que fase de alienación tan brutal nos encontramos bajo la forma actual del capitalismo imperialista tecnológico del siglo XXI.
Tocará espabilarse y ser mas listos que ellos.
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